Agárrense la cartera. Después de despilfarrar el dinero de todos en comprar unos test que no sirven para detectar el coronavirus y ponerse al final de la cola de los países que compiten por acudir a los proveedores internacionales de material sanitario, el partido que sostiene al Gobierno propone crear un nuevo impuesto para financiar el gasto extra derivado de la lucha contra esta crisis.
El pasado 18 de marzo de 2020 el Presidente del Gobierno, en el discurso pronunciado ante las Cortes, dijo lo siguiente:
«El debate fiscal ya no va a ser el mismo; la necesidad de dotar a nuestros servicios públicos de los medios necesarios para alcanzar la excelencia, después de esta pandemia, es una evidencia tan absoluta que espero quede fuera del debate político.»
Aviso para navegantes. En la situación actual, en la que el discurso político viene predeterminado por los genios del marketing político contratados por los dirigentes políticos, debemos estar muy atentos a la forma en la que nos comunican y anuncian las cosas. Como decía Robert Redford en la película «Spy Game»: «Cuando mi entrenador me decía que lo importante era el interés del equipo, sabía que me iba a dejar en el banquillo».
Bienvenidos a la cleptocracia. Los perjudicados, como siempre, la clase media.